Showing posts with label mercy. Show all posts
Showing posts with label mercy. Show all posts

Thursday, 7 April 2016

Pope Francis: Divine Mercy excludes no one / Papa en Su Catequesis


English
Espanol
中文


Pope Francis arrives for the General Audience in Saint Peters Square, Vatican City, 6 April 2016 - ANSA

(Vatican Radio) Pope Francis held his weekly General Audience in St. Peter’s Square on Wednesday, during the course of which he began a new chapter in his catecheses on mercy, one focusing specifically on Christ’s fulfillment of the promise and action of mercy revealed to humanity through God’s Chosen People, as expressed in the New Testament.

The Holy Father said that the Gospels show us a Jesus who, in every moment of His earthly life, made mercy visible: meeting the crowds, announcing the Gospel, healing the sick, drawing close to the forgotten, pardoning sinners.

The Pope went on to say that the love Christ showed was a love open to all, a love which was fulfilled on the Cross. “Jesus,” said Pope Francis in an emphatic departure from his prepared remarks, “did not bring hatred, nor did He bring enmity: He brought love – a great love – a heart open to all – to all of us – a love that saves.”

The Holy Father went on to say that no one is excluded from God’s merciful love – and that He proved this once and for all from the Cross. “We are all sinners,” he said in another emphatic departure, “but we are all forgiven: we all have the possibility of receiving this pardon, which is the mercy of God; we need not fear, therefore, to recognize ourselves sinners, confess ourselves sinners, because every sin was carried by the Son to the Cross.”

Pope Francis concluded with an exhortation to frequent the Sacrament of Reconciliation, saying that it offers us the forgiveness that flows from the Cross and which renews us in His grace, and inviting everyone everywhere in this Jubilee Year to embrace the Gospel with greater vigor and be heralds of the Father’s mercy and forgiveness.

Retrieved from Vatican Radio http://en.radiovaticana.va/news/2016/04/06/pope_francis_divine_mercy_excludes_no_one/1220605 [accessed 06 April, 2016].



Texto completo de la catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Después de haber reflexionado sobre la misericordia de Dios en el Antiguo Testamento, hoy iniciamos a meditar sobre como Jesús mismo lo ha llevado a su pleno cumplimiento. Una misericordia que Él ha expresado, realizado y comunicado siempre, en cada momento de su vida terrena. Encontrando a la gente, anunciando el Evangelio, curando a los enfermos, acercándose a los últimos, perdonando a los pecadores, Jesús hace visible un amor abierto a todos: ¡ninguno está excluido! Abierto a todos sin límites. Un amor puro, gratuito, absoluto. Un amor que alcanza su culmen en el Sacrificio de la Cruz. ¡Sí, el Evangelio es de verdad el “Evangelio de la Misericordia”, porque Jesús es la Misericordia!

Los cuatro Evangelios afirman que Jesús, antes de iniciar su ministerio, quiso recibir el bautismo de Juan Bautista (Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22; Jn 1,29-34). Este acontecimiento imprime una orientación decisiva en toda la misión de Cristo. De hecho, Él no se ha presentado al mundo en el esplendor del templo: podía hacerlo, ¿eh? No se ha hecho anunciar al son de trompetas: podía hacerlo. Ni mucho menos ha venido en las vestiduras de un juez: podía hacerlo. En cambio, después de treinta años de vida oculta en Nazaret, Jesús se acercó al río Jordán, junto a tanta gente de su pueblo, y se puso en la fila con los pecadores. No ha tenido vergüenza: estaba ahí con todos, con los pecadores, para hacerse bautizar. Por lo tanto, desde el inicio de su ministerio, Él se ha manifestado como Mesías que asume la condición humana, movido por la solidaridad y la compasión. Como Él mismo afirma en la sinagoga de Nazaret identificándose con la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). Todo lo que Jesús ha realizado después del bautismo ha sido la realización del programa inicial: traer a todos el amor de Dios que salva. Jesús no ha traído el odio, no ha traído la enemistad: ¡nos ha traído el amor! ¡Un amor grande, un corazón abierto a todos, a todos nosotros! ¡Un amor que salva!

Él se ha hecho prójimo con los últimos, comunicando a ellos la misericordia de Dios que es perdón, alegría y vida nueva. ¡El Hijo enviado por el Padre, Jesús, es realmente el inicio del tiempo de la misericordia para toda la humanidad! Todos aquellos que estaban presentes en la orilla del Jordán no entendieron enseguida el significado del gesto de Jesús. El mismo Juan el Bautista se sorprendió de su decisión (Cfr. Mt 3,14). ¡Pero el Padre celeste no! Él hizo oír su voz desde lo alto: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección» (Mc 1,11). De este modo el Padre confirma el camino que el Hijo ha iniciado como Mesías, mientras desciende sobre Él como una paloma el Espíritu Santo. Así el corazón de Jesús late, por así decir, al unísono con el corazón del Padre y del Espíritu, mostrando a todos los hombres que la salvación es el fruto de la misericordia de Dios.

Podemos contemplar todavía más claramente el gran misterio de este amor dirigiendo la mirada a Jesús crucificado. Mientras está por morir inocente por nosotros pecadores, Él suplica al padre: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Es en la cruz que Jesús presenta a la misericordia del Padre el pecado del mundo: ¡el pecado de todos! Mis pecados, tus pecados, los pecados. Es ahí, en la cruz, que Él los presenta. Y con ella todos nuestros pecados son borrados. Nada ni nadie queda excluido de esta oración sacrificial de Jesús. Esto significa que no debemos temer en reconocernos y confesarnos pecadores. Pero, cuantas veces nosotros decimos: “Éste es un pecador, éste ha hecho esto, aquello…” y juzgamos a los demás. ¿Y tú? Cada uno de nosotros debería preguntarse: “si éste es un pecador. ¿Y yo?”. Todos somos pecadores, pero todos somos perdonados: todos tenemos la posibilidad de recibir este perdón que es la misericordia de Dios. No debemos temer, pues, de reconocernos pecadores, confesarnos pecadores, porque todo pecado ha sido llevado por el Hijo en la cruz. Y cuando nosotros lo confesamos arrepentidos confiando en Él, estamos seguros de ser perdonados. ¡El sacramento de la Reconciliación hace actual para cada uno la fuerza del perdón que brota de la Cruz y renueva en nuestra vida la gracia de la misericordia que Jesús nos ha traído! No debemos temer nuestras miserias: no debemos temer a nuestras miserias. Cada uno de nosotros tiene las suyas. La potencia del amor del Crucificado no conoce obstáculos y no se acaba jamás. Y esta misericordia borra nuestras miserias.

Queridos, en este Año Jubilar pidamos a Dios la gracia de tener experiencia de la potencia del Evangelio: Evangelio de la misericordia que transforma, que nos hace entrar en el corazón de Dios, que nos hace capaces de perdonar y de mirar al mundo con más bondad. Si acogemos el Evangelio del Crucificado Resucitado, toda nuestra vida es plasmada por la fuerza de su amor que renueva. ¡Gracias!


(Traducción del italiano, Renato Martinez – Radio Vaticano)

Retrieved from Radio Vaticano http://es.radiovaticana.va/news/2016/04/06/catequesis_papa_francisco_evangelio_de_la_misericordia_jesus/1220586 [accessed 06 April, 2016].



梵蒂岡電台訊教宗方濟各4月6日上午在聖伯多祿廣場主持週三公開接見活動,大約4萬人參加。教宗在當天的要理講授中開始講解福音中的慈悲,強調每一個人雖有自己的困窘,但基督的愛與寬恕永不枯竭。

教宗從福音中耶穌在世的5個重要行動談天主慈悲:耶穌“會晤人群、宣講福音、治癒病患、走近弱小、寬恕罪人”。耶穌本來可以像君王那樣來到世上審判眾人,甚至可以從十字架上走下來,滿足一些人的要求。但祂沒有這樣做,卻與貧苦人為伍,奉獻自己,為人類開啟了慈悲時期。

“耶穌沒有在殿宇的輝煌中來到世界上,祂不是大可這樣做嗎?祂沒有吹鼓奏樂宣告自己的到來,但祂有能力這樣做!祂也沒有以法官的姿態來到,但祂能夠做到!相反地,耶穌在納匝肋度過了30年的隱居生活後,來到約旦河,與祂的許多子民在一起,與罪人為伍。他不覺得難為情:祂與眾人,與罪人一起在那裡受洗。”

教宗表示,基督一開始祂的使命,就彰顯出祂是承受人類處境的默西亞,同情憐憫人類。祂受洗後所行的一切都是在實現祂的初始計劃,將天主的救贖之愛帶給眾人。這是純淨、不求回報,無與倫比的愛。

“耶穌沒有帶來仇恨,沒有帶來敵意:祂為我們帶來了愛!這是一種崇高的愛,一顆為眾人,為我們所有人敞開的心!這是救贖之愛!耶穌走近弱小者,告訴他們天主的慈悲乃是寬恕、喜樂及新生命。耶穌,天父所派遣的聖子,真實地開啟了全人類蒙受慈悲的時期!”

教宗解釋道,天主的慈悲在哥耳哥達的苦難到達巔峰,耶穌在十字架上說的話永遠改變了人的處境:“父啊,寬赦他們吧!因為他們不知道他們做的是什麽”(路廿三34)。 “耶穌在十字架上將世界的罪呈獻於天父的慈悲:這是眾人的罪,是我的罪,你的罪,你們的罪。祂在那裡,在十字架上呈獻了世人的罪。藉著這個舉動,我們的一切罪都被消除。任何事物及任何人都沒有被擋在耶穌祭獻祈禱的門外。”

教宗最後勉勵信友們勤領修和聖事,懺悔並全心信賴天主,避免陷入自以為是,不接受天主寬恕的誘惑。“我們每個人都該問自己:‘沒錯,那是個罪人。可是我呢?’我們大家都是罪人,但我們都得到了寬恕:我們人人都有機會蒙受寬恕,天主的慈悲。我們不必害怕自己的困窘。我們每一個人都有自己的困窘。基督十字架上愛的大能所向無敵,永不枯竭。天主慈悲能消除我們的困窘。”

當天是第三屆促進發展與和平國際體育日。教宗方濟各在公開接見活動結束時,向在場人士談到聯合國的這項創舉說:“體育是一種拉近各民族距離的普世性語言,它可以促進人際交往及超越衝突。因此,我鼓勵把體育運動當作訓練美德的場所,以增進個人與團體的全面發展。”


二零一六年四月七日上午取自梵蒂岡廣播電台 http://zht.radiovaticana.va/news/2016/04/06/%E6%95%99%E5%AE%97%E5%85%AC%E9%96%8B%E6%8E%A5%E8%A6%8B%EF%BC%9A%E8%80%B6%E7%A9%8C%E7%82%BA%E7%9C%BE%E4%BA%BA%E9%96%8B%E5%95%9F%E4%BA%86%E6%85%88%E6%82%B2%E6%99%82%E6%9C%9F/1220843.

Sunday, 3 April 2016

Pope Francis in the vigil for Divine Mercy / el Papa en la Vigilia de la Divina Misericordia / 教宗主持慈悲主日前夕守夜祈禱


English
Espanol
中文


(Vatican Radio) Pope Francis on Saturday lead a prayer vigil for Divine Mercy, in which he spoke of the many faces of the mercy of God.

The prayer vigil took place on the eve of Divine Mercy Sunday and coincided with the 11th anniversary of Pope St. John Paul II’s death.
Pope Francis led a prayer vigil for Divine Mercy, recalling the many faces of God's mercy - REUTERS

Thousands of people gathered in St. Peter’s Square on Saturday in the Octave of Easter for the celebration of a prayer vigil for Divine Mercy.

In remarks prepared for the occasion, Pope Francis reflected on the ‘vast ocean’ that is the mercy of God, saying “so great and infinite is his mercy, to the point that it is greatly challenging to describe it in all its entirety”.

Turning to the testimony of Scripture, Pope Francis noted that the Bible expresses God’s mercy as nearness to His people and in the expression of tenderness, especially in the prophet Hosea.

The Holy Father went on to name the many faces of God’s mercy.

“How many expressions there are of God’s mercy! This mercy comes to us as closeness and tenderness, and because of this, comes also as compassion and solidarity, as consolation and forgiveness. The more we receive, the more we are called to share it with others; it cannot be kept hidden or kept only for ourselves. It is something which burns within our hearts, driving us to love, thus recognizing the face of Jesus Christ, above all in those who are most distant, weak, alone, confused and marginalized.”

The prayer vigil coincided with the 11th anniversary of Pope John Paul II’s death on Divine Mercy Sunday, 2 April 2005.

Pope Francis himself will visit the Shrine of Divine Mercy during the 28th World Youth Day to take place this summer in Krakow, Poland.


Retrieved from English Radio Vaticana http://en.radiovaticana.va/news/2016/04/02/pope_francis_leads_prayer_vigil_for_divine_mercy/1219753 [accessed 03 April, 2016].



Texto de las palabras del Santo Padre Francisco durante la Vigilia de oración por la Divina Misericordia

Compartimos con alegría y agradecimiento este momento de oración que nos introduce en el Domingo de la Misericordia, muy deseado por san Juan Pablo II - hace cinco años, un día como el de hoy, en el 2005 falleció -. Y quería esto para dar cumplimiento a una petición de santa Faustina. Los testimonios que han sido presentados - por los que damos gracias - y las lecturas que hemos escuchado abren espacios de luz y de esperanza para entrar en el gran océano de la misericordia de Dios. ¿Cuántos son los rostros de la misericordia, con los que él viene a nuestro encuentro? Son verdaderamente muchos; es imposible describirlos todos, porque la misericordia de Dios es un crescendo continuo. Dios no se cansa nunca de manifestarla y nosotros no deberíamos acostumbrarnos nunca a recibirla, buscarla y desearla. Es siempre algo nuevo que provoca estupor y maravilla al ver la gran fantasía creadora de Dios, cuando sale a nuestro encuentro con su amor.

Dios se ha revelado, manifestando muchas veces su nombre, y este nombre es “misericordioso” (cf. Ez 34,6). Así como la naturaleza de Dios es grande e infinita, del mismo modo es grande e infinita su misericordia, hasta el punto que parece una tarea difícil poder describirla en todos sus aspectos. Recorriendo las páginas de la Sagrada Escritura, encontramos que la misericordia es sobre todo cercanía de Dios a su pueblo. Una cercanía que se expresa y se manifiesta principalmente como ayuda y protección. Es la cercanía de un padre y de una madre que se refleja en una bella imagen del profeta Oseas, que dice así: «Con lazos humanos los atraje, con vínculos de amor. Fui para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas. Me inclinaba, me inclinaba hacia él para darle de comer» (11,4). El abrazo de un papá y de una mamá con su niño. Es muy expresiva esta imagen: Dios toma a cada uno de nosotros y nos alza hasta sus mejillas. Cuánta ternura contiene y cuánto amor manifiesta. Ternura: palabra casi olvidada y de la que el mundo de hoy - y todos nosotros - tenemos necesidad. He pensado en esta palabra del Profeta cuando he visto el logo del Jubileo. Jesús no sólo lleva sobre sus espaldas a la humanidad, sino que además pega su mejilla a la de Adán, hasta el punto que los dos rostros parecen fundirse en uno.

Nosotros no tenemos un Dios que no sepa comprender y compadecerse de nuestras debilidades (cf. Hb 4, 15). Al contrario, precisamente en virtud de su misericordia, Dios se ha hecho uno de nosotros: «El Hijo de Dios con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, a cada hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Naciendo de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo, en todo semejantes a nosotros, excepto en el pecado» (Gaudium et spes, 22). Por lo tanto, en Jesús no sólo podemos tocar la misericordia del Padre, sino que somos impulsados a convertirnos nosotros mismos en instrumento de la misericordia. Puede ser fácil hablar de misericordia, mientras que es más difícil llegar a ser testigos de esa misericordia en lo concreto. Este es un camino que dura toda la vida y no debe detenerse. Jesús nos dijo que debemos ser “misericordiosos como el Padre” (cf. Lc 6,36). ¡Toda la vida, toda la vida nos compromete a esto!

¡Cuántos rostros, entonces, tiene la misericordia de Dios! Ésta se nos muestra como cercanía y ternura, pero en virtud de ello también como compasión y como participación, como consolación y perdón. Quien más la recibe, más está llamado a ofrecerla, a comunicarla; no se puede tener escondida ni retenida sólo para sí mismo. Es algo que quema el corazón y lo estimula a amar, porque reconoce el rostro de Jesucristo sobre todo en quien está más lejos, débil, solo, confundido y marginado. La misericordia no está detenida, sale a buscar a la oveja perdida, y cuando la encuentra manifiesta una alegría contagiosa. La misericordia sabe mirar a los ojos de cada persona; cada una es preciosa para ella, porque cada una es única. Cuánto dolor sentimos en el corazón cuando escuchamos decir: Pero, esta gente…, estos pobres, echémoslos fuera, dejémoslos que duerman en la calle... ¿Esto es de Jesús?

Queridos hermanos y hermanas, la misericordia nunca puede dejarnos tranquilos. Es el amor de Cristo que nos “inquieta” hasta que no hayamos alcanzado el objetivo; que nos empuja a abrazar y estrechar a nosotros, a involucrar, a quienes tienen necesidad de misericordia para permitir que todos sean reconciliados con el Padre (cf. 2 Co 5,14-20). No debemos tener miedo, es un amor que nos alcanza y envuelve hasta el punto de ir más allá de nosotros mismos, para darnos la posibilidad de reconocer su rostro en los hermanos. Dejémonos guiar dócilmente por este amor y llegaremos a ser misericordiosos como el Padre.

Hemos escuchado el Evangelio, Tomás era un testarudo. No había creído. Y encontró la fe precisamente cuando tocó las llagas del Señor. Una fe que no es capaz de meterse en las llagas del Señor ¡no es fe! Una fe que no es capaz de ser misericordiosa, como son signo de misericordia las llagas del Señor, no es fe: es una idea, ideología. Nuestra fe está encarnada en un Dios que se hizo carne, que se hizo pecado, ¡que ha sido llagado por nosotros! Pero si nosotros queremos creer en serio y tener fe, debemos acercarnos y tocar esa llaga, acariciar esa llaga y también bajar la cabeza y dejar que otros acaricien nuestras llagas.

Y bien, entonces, que sea el Espíritu Santo quien guíe nuestros pasos: Él es el amor, él es la misericordia que se comunica a nuestros corazones. No pongamos obstáculos a su acción vivificante, sino sigámoslo dócilmente por los caminos que nos indica. Permanezcamos con el corazón abierto, para que el Espíritu pueda transformarlo; y así, perdonados, reconciliados, dentro de las llagas del Señor, lleguemos a ser testigos de la alegría que brota del encuentro con el Señor Resucitado, vivo entre nosotros.


Retrieved from Radio Vaticano http://es.radiovaticana.va/news/2016/04/02/papa_francisco_vigilia_divina_misericordia_jubileo/1219877 [accessed 03 April, 2016].


梵蒂岡電台訊)教宗方濟各4月2日傍晚6點在聖伯多祿廣場主持慈悲主日前夕守夜禮,為遭受迫害的基督徒和貪圖世俗的基督徒祈禱,也為受到侵害和剝削的人、難民和流亡者呼求天主的慈悲。慈悲主日是聖若望保祿二世教宗於2000年欽定的,每年復活期第2主日慶祝,效法傅天娜修女全然信賴天主的慈悲。

教宗方濟各在慈悲主日前夕守夜禮上發表講話,強調天主的慈悲永無窮盡,祂總是不厭其煩地施予慈悲。我們基督徒應做慈悲的見證人,盡力“慈悲如同天父”,決不可把接納、尋求及渴望慈悲當作例行公事。

教宗從《聖經》關於天主慈悲的論述談起,指出慈悲首先是天主臨近祂的子民,幫助並保護他們。歐瑟亞先知描述天主接近祂的子民,有如父親和母親。天主說:“是我用仁慈的繩索,愛情的帶子牽著他們,我對他們有如高舉嬰兒到自己面頰的慈親,俯身餵養他們”(歐十一4)。

教宗解釋道:“這是一幅極富情感的圖像:天主抱起我們每一個人,把我們舉到祂的面頰前。祂的溫柔和愛是多麽大啊!耶穌不僅將人類背在自己肩膀上,還把自己的面頰緊緊地貼在亞當的面頰上,好似兩個面容已融為一個。”

我們的天主不是一個“不能同情我們弱點”的天主(參閲:希四15)。相反地,天主正是因著祂的仁慈而成了我們當中的一員。“天主聖子藉著降生成人,在某種程度上同每個人結合在一起。祂曾以人的雙手工作,以人的理智思想,以人的意志行事,並以人的心腸愛天主愛人。祂生於童貞瑪利亞,實在是我們中的一員。祂在一切事上,除了罪以外,與我們相似”(《論教會在現代世界牧職憲章》,22號)。

教宗表示:“藉著耶穌,我們不僅能親手觸摸天父的慈悲,也受到激勵使自己成為天主慈悲的工具。談論慈悲可能不難,但成為慈悲的具體見證人則需要付出努力。這是我們一生中應走的路,不該有半點停歇。耶穌教導我們該當‘慈悲如同天父’(參閲:路六36)。”

教宗最後總結說:“慈悲絕不會讓我們安於現狀。基督的愛促使我們‘焦慮不安’,以致不達目的不罷休;基督的愛催迫著我們去緊緊地擁抱那些需要慈悲的人,使眾人與天父重歸於好(參閲:格後五14-20)。我們不要畏懼,因為愛在催迫著我們走出自己,在兄弟姐妹的面容上認出基督的面容。讓我們在這愛的柔和引領下,如同天父慈悲為懷。”


梵蒂岡廣播電台,二零一六年四月三日取自:http://zht.radiovaticana.va/news/2016/04/02/%E6%95%99%E5%AE%97%E4%B8%BB%E6%8C%81%E6%85%88%E6%82%B2%E4%B8%BB%E6%97%A5%E5%89%8D%E5%A4%95%E5%AE%88%E5%A4%9C%E7%A5%88%E7%A6%B1%EF%BC%9A%E5%9F%BA%E7%9D%A3%E7%9A%84%E6%84%9B%E5%82%AC%E8%BF%AB%E6%88%91%E5%80%91%E6%85%88%E6%82%B2%E5%A6%82%E5%90%8C%E5%A4%A9%E7%88%B6/1219907

Thursday, 31 March 2016

God’s Forgiveness blots out sin at the root / Miserere, confiemos en el perdón y la misericordia de Dios / 天主賦予罪人站起來的尊嚴

English
Espanol
中文


God in his goodness “does not hide the sin but destroys and blots it out”. Indeed, “he blots it out from the very root, not as they do at the dry cleaners’ when we take a suit and they remove a stain“. No! God blots out our sin from the very root, completely! ”. With this evocative imagery Pope Francis spoke of divine mercy in the catechesis — the last in a series dedicated to the Jubilee theme in light of the Old Testament — during the General Audience on Wednesday, 30 March. With the faithful present in St Peter’s Square, the Pope elaborated on Psalm 51[50], the ‘Miserere’. The following is a translation of the Holy Father’s address, which he gave in Italian.

Dear Brothers and Sisters,

Good morning,

Today we shall complete the catecheses on mercy in the Old Testament, and do so by meditating on Psalm 51[50], known as the Miserere. It is a penitential prayer in which the request for forgiveness is preceded by the confession of sins and in which the one praying allows himself to be purified by the Lord’s love. Thus, he becomes a new creature, capable of obedience, steadfastness of spirit, and of sincere praise.



The “title” that the ancient Hebrew tradition gave to this Psalm refers to King David and his sin with Bathsheba, the wife of Uriah the Hittite. We are quite familiar with the event. Kind David, called by God to shepherd the people and guide them on the paths of obedience to divine Law, betrayed his mission and, after committing adultery with Bathsheba, has her husband put to death. A terrible sin! The prophet Nathan shows David his sin and helps him to recognize it. It is the moment of reconciliation with God, in confessing his sin. Here David was humble. He showed greatness!

Those who pray with this Psalm are called to feel the same sense of remorse and of trust in God, which David had when he mended his ways and, although the king, he humbled himself without being afraid to confess his crime and show his misery to the Lord, yet confident that the Lord’s mercy was assured. What he had done was not a minor sin, a small lie: he had committed adultery and murder!

The Psalm begins with these words of supplication:

“Have mercy on me, O God,

according to thy steadfast love;

according to thy abundant mercy

blot out my transgressions.

Wash me thoroughly from my iniquity,

and cleanse me from my sin! (vv. 1-2).


The invocation is addressed to the God of mercy in order that, moved by a love as great as that of a father or mother, he have mercy, that is, grant grace, show his favour with benevolence and understanding. It is a heartfelt plea to God, who alone can free one from sin. Very descriptive images are used: blot out, wash me, cleanse me. Made manifest in this prayer is man’s true need: the only thing that we truly need in our life is that of being forgiven, freed from evil and from its consequence of death. Unfortunately, life often makes us experience these situations. In [such circumstances] we must first trust in mercy. God is greater than our sin. Let us not forget this: God is greater than our sin! “Father, I do not know how to say it. I have committed many, serious [sins]!”. God is greater than all the sins we can commit. God is greater than our sin. Shall we say it together? All together: “God is greater than our sin!”. Once again: “God is greater than our sin!”. Once more: “God is greater than our sin!”. His love is an ocean in which we can immerse ourselves without fear of being overcome: to God forgiving means giving us the certainty that he never abandons us. Whatever our heart may admonish us, he is still and always greater than everything (cf. 1 Jn 3:20), because God is greater than our sin.

In this sense, whoever prays with this Psalm seeks forgiveness, confesses his sin, but in acknowledging it celebrates the justice and holiness of God. Moreover he asks to be granted grace and mercy. The Psalmist trusts in the goodness of God. He knows that divine goodness is immensely effective, because [God] creates what he says. He does not hide the sin but destroys and blots it out. He blots it out from the very root, not as they do at the dry cleaners’ when we take a suit and they remove a stain. No! God blots out our sin from the very root, completely! Therefore the penitent person becomes pure again; every stain is eliminated and now he is whiter than pure snow. We are all sinners. Is this true? If any of you does not feel you are a sinner, raise your hand.... No one. We all are sinners. We sinners, with forgiveness, become new creatures, filled by the spirit and full of joy. Now a new reality begins for us: a new heart, a new spirit, a new life. We, forgiven sinners, who have received divine grace, can even teach others to sin no more. “But Father, I am weak, I fall, I fall”. — “If you fall, get up! Stand up!”. When a child falls, what does he do? He raises his hand to mom, to dad so they help him to get up. Let us do the same! If out of weakness you fall into sin, raise your hand: the Lord will take it and help you get up. This is the dignity of God’s forgiveness! The dignity that God’s forgiveness gives us is that of lifting us up, putting us back on our feet, because he created men and woman to stand on their feet.

The Psalmist says:

“Create in me a clean heart, O God,

and put a new and right spirit within me.

[...].

Then I will teach transgressors thy ways,

and sinners will return to thee” (vv. 10, 13).


Dear brothers and sisters, God’s forgiveness is what we all need, and it is the greatest sign of his mercy. It is a gift that every forgiven sinner is called to share with every brother and sister he meets. All those whom the Lord has placed beside us, family, friends, coworkers, parishioners... everyone needs, as we do, the mercy of God. It is beautiful to be forgiven, but you too, if you want to be forgiven, forgive in turn. Forgive! May the Lord allow us, through the intercession of Mary, Mother of Mercy, to be witnesses to his forgiveness, which purifies the heart and transforms life. Thank you.

I greet the English-speaking pilgrims and visitors taking part in today’s Audience, including those from England, Ireland, Norway, Nigeria, Australia, Indonesia, Pakistan and the United States. In the joy of the Risen Lord, I invoke upon you and your families the loving mercy of God our Father. May the Lord bless you all!


Retrieved from http://www.news.va/en/news/at-the-general-audience-the-pope-recalls-that-gods [accessed 31 March, 2016].


Texto completo de la catequesis del Papa Francisco



Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Terminamos hoy las catequesis sobre la misericordia en el Antiguo Testamento, y lo hacemos meditando el Salmo 51, llamado Miserere. Se trata de una oración penitencial en la cual la súplica de perdón es precedida por la confesión de la culpa y en la cual el orante, dejándose purificar por el amor del Señor, se convierte en una nueva creatura, capaz de obediencia, de firmeza de espíritu, y de alabanza sincera.

El “título” que la antigua tradición judía ha puesto a este Salmo hace referencia al rey David y a su pecado con Betsabé, la mujer de Urías el Hitita. Conocemos bien los hechos. El rey David, llamado por Dios a pastorear el pueblo y a guiarlo por caminos de obediencia a la Ley divina, traiciona su propia misión y, después de haber cometido adulterio con Betsabé, manda asesinar al marido. ¡Un horrible pecado! El profeta Natán le revela su culpa y lo ayuda a reconocerlo. Es el momento de la reconciliación con Dios, en la confesión del propio pecado. ¡Y en esto David ha sido humilde, ha sido grande!

Quien ora con este Salmo está invitado a tener los mismos sentimientos de arrepentimiento y de confianza en Dios que tuvo David cuando se había arrepentido y, a pesar de ser rey, se ha humillado sin tener temor de confesar su culpa y mostrar su propia miseria al Señor, pero convencido de la certeza de su misericordia. ¡Y no era un pecado, una pequeña mentira, aquello que había hecho; había cometido adulterio y un asesinato! El Salmo inicia con estas palabras de súplica: «¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! – se siente pecador – ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!» (vv. 3-4).

La invocación está dirigida al Dios de misericordia porque, movido por un amor grande como aquel de un padre o de una madre, tenga piedad, es decir, hace una gracia, muestra su favor con benevolencia y comprensión. Es un llamado a Dios, el único que puede liberar del pecado. Son usadas imágenes muy plásticas: borra, lávame, purifícame. Se manifiesta, en esta oración, la verdadera necesidad del hombre: la única cosa de la cual tenemos verdaderamente necesidad en nuestra vida es aquella de ser perdonados, liberados del mal y de sus consecuencias de muerte.

Lamentablemente, la vida nos hace experimentar muchas veces estas situaciones; y sobre todo en ellas debemos confiar en la misericordia. Dios es más grande de nuestro pecado. No olvidemos esto: Dios es más grande de nuestro pecado. “Padre yo no lo sé decir, he cometido tantos graves, tantos” Dios es más grande de todos los pecados que nosotros podamos cometer. Dios es más grande de nuestro pecado. ¿Lo decimos juntos? Todos. “¡Dios – todos juntos – es más grande de nuestro pecado! Una vez más: “Dios es más grande de nuestro pecado”. Una vez más: “Dios es más grande de nuestro pecado”. Y su amor es un océano en el cual podemos sumergirnos sin miedo de ser superados: perdonar para Dios significa darnos la certeza que Él no nos abandona jamás. Cualquier cosa podamos reclamarnos, Él es todavía y siempre más grande de todo (Cfr. 1 Jn 3,20) porque Dios es más grande de nuestro pecado.

En este sentido, quien ora con este Salmo busca el perdón, confiesa su propia culpa, pero reconociéndola celebra la justicia y la santidad de Dios. Y luego pide todavía gracia y misericordia. El salmista confía en la bondad de Dios, sabe que el perdón divino es sumamente eficaz, porque crea lo que dice. No esconde el pecado, sino que lo destruye y lo borra; pero lo borra desde la raíz no como hacen en la tintorería cuando llevamos un vestido y borran la mancha. ¡No! Dios borra nuestro pecado desde la raíz, ¡todo! Por eso el penitente se hace puro, toda mancha es eliminada y él ahora es más blanco que la nieve incontaminada. Todos nosotros somos pecadores. ¿Y esto es verdad? Si alguno de ustedes no se siente pecador que alce la mano. Ninguno, ¡eh! Todos lo somos.

Nosotros pecadores, con el perdón, nos hacemos creaturas nuevas, rebosantes de espíritu y llenos de alegría. Ahora una nueva realidad comienza para nosotros: un nuevo corazón, un nuevo espíritu, una nueva vida. Nosotros, pecadores perdonados, que hemos recibido la gracia divina, podemos incluso enseñar a los demás a no pecar más. “Pero Padre, yo soy débil: yo caigo, caigo”, ¡pero si tú caes, levántate! Cuando un niño cae, ¿Qué hace? Levanta la mano a la mamá, al papá para que lo levanten. Hagamos lo mismo. Si tú caes por debilidad en el pecado, levanta la mano: el Señor la toma y te ayudará a levantarte. Esta es la dignidad del perdón de Dios. La dignidad que nos da el perdón de Dios es aquella de levantarnos, ponernos siempre de pie, porque Él ha creado al hombre y a la mujer para estar en pie.

Dice el Salmista: «Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. […] Yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti» (vv. 12.15).

Queridos hermanos y hermanas, el perdón de Dios es aquello de lo cual todos tenemos necesidad, y es el signo más grande de su misericordia. Un don que todo pecador perdonado es llamado a compartir con cada hermano y hermana que encuentra. Todos aquellos que el Señor nos ha puesto a nuestro alrededor, los familiares, los amigos, los compañeros, los parroquianos… todos son, como nosotros, necesitados de la misericordia de Dios. Es bello ser perdonados, pero también tú, si quieres ser perdonado, perdona también tú. ¡Perdona! Que nos conceda el Señor, por intercesión de María, Madre de misericordia, ser testigos de su perdón, que purifica el corazón y transforma la vida. Gracias.


(Traducción del italiano, Renato Martinez – Radio Vaticano)

Retrieved from Radio Vaticano http://es.radiovaticana.va/news/2016/03/30/catequesis_del_papa_misericordia_y_perdon_jubileo/1218963 [accessed 31 March, 2016].




(梵蒂岡電台訊)教宗方濟各3月30日上午在聖伯多祿廣場主持週三公開接見活動,3萬多名信友參加。教宗在要理講授中勉勵眾人信任天主的寬恕,不要自責。天主將罪連根拔除,若我們希望得到寬恕,也應寬恕別人。

教宗當天以《聖詠》結束《舊約聖經》關於天主慈悲的要理講授。他表示,天主寬恕所有向祂祈求寬恕的人,從不厭煩。我們在跌倒後,應向祂伸出手來,求祂扶起我們,因為蒙受「天主寬恕的尊嚴」使得每個人在每次犯錯並懺悔後,都能重新站立起來。

教宗以達味王在《聖詠》第51篇中向天主認罪懺悔的祈禱為例,闡明天主的仁慈憐憫。達味王因犯了重罪而備受折磨,他占取了赫特人烏黎雅的妻子,並且借刀殺了烏黎雅。教宗表示,達味承認自己的罪,不以自己的窘迫為恥,卻信賴天主的慈悲。

「我們在一生中真正需要的就是得到寬恕,脫離邪惡及其死亡的後果。不幸的是,我們的生命屢次體驗這些處境。我們必須仰賴天主的慈悲。天主比我們的罪更大。我們不可忘記:天主比我們所能犯下的罪更大。」

教宗指出,這篇《聖詠》告訴我們,承認自己的過錯已經是在頌揚「天主的公義和聖善」。天主不僅使罪人立即感受到祂的慈愛,而且做得更多。天主的寬恕「並不遮掩罪,而是消滅罪,除淨罪。天主將罪連根拔除,不像洗衣店那樣,只清洗我們衣服上的汙漬。祂絕不這樣!天主連根拔除我們的罪,徹底除淨!」

一個人藉著天主的寬恕而脫胎換骨,成為「新的受造物,充滿聖神,欣喜萬分」。我們接受了天主恩寵,「甚至也能指點別人不再犯罪」。「一個兒童跌倒後,他會做什麽?他會伸出手來叫媽媽、爸爸把他扶起。」

「我們也應如此。你若因軟弱而跌倒犯罪,就應伸出手來:上主定會抓住你的手,幫助你站起來。這就是蒙受天主寬恕的尊嚴!天主的寬恕所賦予我們的尊嚴就是我們站立起來的尊嚴,使我們總是站立著,因為天主造了男人和女人是讓他們站起來」。

最後,教宗談到分享天主寬恕的重要性。他說,誰若得到天主的寬恕,就不能不同樣地對待自己周圍的人。「上主置於我們周圍的人,我們的家人、朋友、同事、堂區教友,他們都同我們一樣,都需要天主的慈悲。得到寬恕是件美事,但你若希望得到寬恕,你也必須寬恕人。你應寬恕人!」


Retrieved from 梵蒂岡廣播電台 http://zht.radiovaticana.va/news/2016/03/30/%E6%95%99%E5%AE%97%E5%85%AC%E9%96%8B%E6%8E%A5%E8%A6%8B%EF%BC%9A%E5%A4%A9%E4%B8%BB%E7%B8%BD%E6%98%AF%E8%B3%A6%E4%BA%88%E7%BD%AA%E4%BA%BA%E5%86%8D%E7%AB%99%E8%B5%B7%E4%BE%86%E7%9A%84%E5%B0%8A%E5%9A%B4/1219170 [accessed 31 March, 2016.]

Tuesday, 29 March 2016

Pope Francis: Mercy and love have conquered sin at Easter / las palabras del Papa introduciendo el rezo del Regina Coeli

Pope Francis \ Activities
Pope Francis during his Regina Coeli address on Easter Monday. - REUTERS
Pope Francis during his Regina Coeli address on Easter Monday. - REUTERS



(Vatican Radio) Pope Francis said “we also stand today before the empty tomb of Jesus, and meditate with wonder and gratitude on the great mystery of the Resurrection of the Lord” during his Easter Monday Regina Coeli address.

“Life has conquered death. Mercy and love have conquered sin! There is need of faith and hope to open this new and wonderful horizon,” Pope Francis said.

“And we know that faith and hope are a gift from God, and we have to ask: ‘Lord, give me faith, give me hope! We have so much need!’. Let us by pervaded by the emotions that resonate in the Easter sequence: ‘Yes, we are certain: Christ is truly risen.’ The Lord has risen among us! This truth marked in an indelible way the lives of the Apostles who, after the Resurrection, again felt the need to follow their Master and, receiving the Holy Spirit, went without fear to proclaim to all what they had seen with their own eyes and personally experienced.”

The Holy Father said “in this Jubilee Year we are called to rediscover and to welcome with particular intensity the comforting announcement of the resurrection: ‘Christ, my hope, is risen!’”, adding “if Christ is risen, we can look with new eyes and hearts at every event of our lives, even the most negative.”

“The moments of darkness, of failure, and also of sin can be transformed and announce a new path. When we have reached the base of our misery and our weakness, the risen Christ gives us the strength to lift ourselves up. If we have faith in Him, His grace saves us!” – Pope Francis continued – “The crucified and risen Lord is the full revelation of mercy, present and active in history. This is the Easter message that still resonates today and that will resonate throughout the time of Eastecor until Pentecost.”

The Pope said “the silent witness to the events of the Passion and Resurrection of Jesus was Mary.”

“She was standing next to the cross: She did not collapse in the face of grief, but her faith made her stronger” – he explained – “In the broken heart of a mother, there was always the flame of hope. We ask her to also help us to accept in fullness the Easter proclamation of resurrection, to embody it concretely in our daily lives.”

He then invoked Our Lady before reciting the Regina Coeli prayer, which is prayed instead of the Angelus during the Easter season: “May the Virgin Mary give us the certainty of faith that suffered every step of our journey, illuminated by the light of Easter; that it will become a blessing and joy for us and for others, especially for those who suffer because of selfishness and indifference.”

After reciting the Regina CoeliPope Francis condemned the “reprehensible” terrorist attack in Lahore, Pakistan, and called on civil and other authorities to “do everything possible to restore security and peace to the population and, in particular, to the most vulnerable religious minorities.”

At the end of his address, the Holy Father encouraged everyone to spend a little bit of time every day reading from the Gospels.

“It takes no more than five minutes to read a passage from the Gospel. Remember this!...And do not forget to pray for me!” Pope Francis concluded.

Retrieved from http://en.radiovaticana.va/news/2016/03/28/pope_francis_mercy_and_love_have_conquered_sin_at_easter/1218636 [accessed 29 March, 2016].



«En este Lunes después de Pascua, llamado ‘Lunes del Ángel’ nuestros corazones están aún llenos de la alegría pascual. Después del tiempo cuaresmal, tiempo de penitencia y de conversión, que la Iglesia ha vivido con particular intensidad en este Año Santo de la Misericordia; después de las sugestivas celebraciones del Triduo Santo, nos detenemos también hoy ante la tumba vacía de Jesús y meditamos con estupor y gratitud el gran misterio de la resurrección del Señor.

La vida ha vencido la muerte. ¡La misericordia y el amor han vencido sobre el pecado! Se necesita fe y esperanza para abrirse a este nuevo y maravilloso horizonte. Y nosotros sabemos que la fe y la esperanza son un don de Dios y debemos pedirlo: ‘¡Señor, dame, dame, danos la fe, dame, danos la esperanza! ¡La necesitamos tanto! Dejémonos invadir por las emociones que resuenan en la secuencia pascual: ‘¡Sí que es cierto: Cristo ha resucitado!’. ¡El Señor ha resucitado entre nosotros! Esta verdad marcó de forma indeleble la vida de los Apóstoles que, después de la resurrección, sintieron de nuevo la necesidad de seguir a su Maestro y, tras recibir al Espíritu Santo, fueron sin miedo a anunciar a todos lo que habían visto con sus ojos y que habían experimentado personalmente.

¡En este Año jubilar estamos llamados a redescubrir y a acoger con especial intensidad el consolador anuncio de la resurrección: ‘Cristo, mi esperanza ha resucitado!’ ‘Cristo, mi esperanza ha resucitado!’ Si Cristo ha resucitado, podemos mirar con ojos y corazón nuevos todo evento de nuestra vida, también los más negativos. Los momentos de oscuridad, de fracaso y también de pecado pueden transformase y anunciar un camino nuevo. Cuando hemos tocado el fondo de nuestra miseria y de nuestra debilidad, Cristo resucitado nos da la fuerza para volvernos a levantar. ¡Si nos encomendamos a Él, su gracia nos salva! El Señor Crucificado y resucitado es la revelación plena de la misericordia, presente y activa en la historia. He aquí el mensaje pascual, que resuena aún hoy y que resonará durante todo el tiempo de Pentecostés.

María fue testigo silenciosa de los eventos de la pasión y de la resurrección de Jesús. Ella estuvo de pie al lado de la cruz, no se dobló ante el dolor, sino que su fe la fortaleció. En su corazón desgarrado de madre permaneció siempre encendida la llama de la esperanza. Pidámosle a Ella que nos ayude también a nosotros a acoger en plenitud el anuncio pascual de la resurrección, para encarnarlo en lo concreto de nuestra vida cotidiana.

Que la Virgen María nos done la certeza de fe, para que cada paso sufrido de nuestro camino, iluminado por la luz de la Pascua, sea bendición y alegría para nosotros y para los demás, en especial para los que sufren a causa del egoísmo y de la indiferencia.

Invoquémosla, pues, con fe y devoción, con el Regina Coeli, la oración que sustituye el Ángelus durante todo el tiempo pascual.»

(Traducción del italiano: Cecilia de Malak)
Retrieved from http://es.radiovaticana.va/news/2016/03/28/papa__con_mar%C3%ADa_resuene__en_el_mundo_anuncio_de_resurrecci%C3%B3n/1218583 [accessed 29 March, 2016].


(梵蒂岡電台訊)教宗方濟各3月28日復活主日後的星期一在宗座大樓書房窗口帶領聖伯多祿廣場上的朝聖信友誦念了天皇后喜樂經。他在念經前的講話中勉勵信徒效法十字架旁的聖母瑪利亞,不被痛苦壓倒,而要信賴基督,常懷希望。

教宗邀請大家“懷著驚訝和感激之情默想主耶穌復活的偉大奧跡”。教宗說:“基督復活了,我們可以用新的眼光和心靈看待生活中的一切事,包括那些最糟糕的事。黑暗、失敗和罪惡的時刻可以發生改變,宣報一條新的道路”。如果我們信賴基督,“祂的恩寵將拯救我們!”

教宗繼續說,“當我們觸及苦難與軟弱的極限時,復活的基督將賜予我們重新起立的力量”。“站在十字架旁”的聖母瑪利亞“沒有被痛苦壓倒,卻因她的信德而更為堅強。在她身為母親的悲痛心靈中,始終燃燒著希望的火焰”。因此,教宗邀請眾人向聖母祈禱,請她幫助我們“全然接納復活的逾越宣報,並將這宣報具體落實在我們的日常生活中”。

最後,教宗勉勵聖伯多祿廣場上的信眾每天誦讀一段關於基督復活的福音章節。他說:“5分鐘時間,不必再多,就足以誦讀一段福音章節。你們要記住!”

Retrieved from Chinese Radio Vaticana, http://zht.radiovaticana.va/news/2016/03/29/%E6%95%99%E5%AE%97%E5%A4%A9%E7%9A%87%E5%90%8E%E5%96%9C%E6%A8%82%E7%B6%93%EF%BC%9A%E6%95%88%E6%B3%95%E8%81%96%E6%AF%8D%EF%BC%8C%E4%BF%A1%E8%B3%B4%E5%9F%BA%E7%9D%A3%EF%BC%8C%E5%B8%B8%E6%87%B7%E5%B8%8C%E6%9C%9B/1218899 [accessed 30 March, 2016].

Tuesday, 22 March 2016

Solemn Profession in Casa de San Jose

19 March 2016 – SOLEMN PROFESSION

Last Saturday, 19 of March, 2016, our Brother Antoninus made his solemn profession in the chapel of our house of St Joseph in Kowloon, Hong Kong. To accompany him in that important moment of his life and also to celebrate the solemnity of Saint Joseph –Patron Saint of the house –the brothers of the community of St Albert in Rosaryhill joined the community of Kowloon in the Evening Prayer and the dinner that followed it. The same would have done the brothers of St Dominic’s Priory in Macau, had the bad weather not forced the suspension of the ferry services between Hong Kong and Macau on that day. Our brother Antoninus professed his vow of obedience in the hands of the Prior Provincial, Fr Javier González, who immediately afterwards gave him the embrace of acceptance into the Order. Our sincerest Congratulations to him for having taken this option in his life and our grateful prayer to the Lord who continues blessing us with the increase of new members in the Province, in the Order and in the Church.


19 de Marzo 2016 - PROFESIÓN SOLEMNE

El pasado sábado 19 de marzo de 2016 hizo su profesión solemne nuestro hermano Antoninus en la capilla de nuestra casa de San José en Kowloon, Hong Kong. Para acompañarle en ese momento importante de su vida y a la vez para celebrar la solemnidad de San José –Patrono de la casa– los hermanos de la comunidad de San Alberto de Rosaryhill se unieron también al rezo de Vísperas y a la cena con la comunidad de Kowloon. Lo mismo hubieran hecho los hermanos de la comunidad de Santo Domingo de Macao de no haber sido porque el mal tiempo obligó la suspensión del servicio de ferries aquel día. Fray Antoninus profesó su voto de obediencia “hasta la muerte” en las manos del Prior Provincial, fray Javier González, quien acto seguido le dio el abrazo de aceptación en la Orden. Nuestra sincera enhorabuena a fray Antoninus por esta opción fundamental en su vida y nuestra oración agradecida al Señor que nos bendice con la agregación de nuevos miembros en la Provincia, en la Orden y en la Iglesia.

Thursday, 17 March 2016

Pope Francis' General Audience of 16 March 2016 / Audiencia general / 教宗公開接見

English
Español
中文


Dear Brothers and Sisters: As part of our continuing catechesis during this Holy Year devoted to God’s mercy, we now turn to the message of consolation found in the book of the prophet Jeremiah. The jarring experience of the Exile had shaken the faith of the Chosen People, yet the prophet proclaims that God, far from abandoning his people, reaffirms his faithful love and his promise of salvation. Jeremiah’s words of consolation and hope have a particular resonance today in the light of so many tragic situations of exile throughout our world. They also tell us of God’s gracious offer of forgiveness, restoration and the possibility of a new beginning. The prophet’s imagery of the desolate land turning into a garden, and the joyful throngs ascending Mount Zion, speak of God’s power to bring life out of death and blessing out of evil. Jeremiah’s prophecy finds supreme fulfilment in the coming of Jesus, whose paschal mystery proclaims the triumph of God’s merciful love and his promise of reconciliation, renewal and life eternal.
Retrieved from http://w2.vatican.va/content/francesco/en/audiences/2016/documents/papa-francesco_20160316_udienza-generale.html [accessed 17 March, 2016].


El Profeta Jeremías se dirige a los israelitas que habían sido deportados y les anuncia el regreso a su tierra. Esta vuelta en patria es signo del amor infinito de Dios que no abandona a sus hijos, sino que los cuida y los salva. El exilio fue una experiencia muy dura para el pueblo de Israel e hizo que su fe vacilase. También nosotros podemos vivir a veces algún tipo de exilio, como la soledad, el sufrimiento, la muerte, que nos hace pensar que estamos abandonados de Dios. Nos podemos preguntar: ¿Dónde está Dios? El Profeta Jeremías nos da una respuesta: Dios está cerca de nosotros, es fiel y hace grandes obras de salvación en aquellos que esperan en él. Dios ama con un amor sin límites, que ni el pecado puede frenar, y hace que el corazón del hombre se llene de alegría y consolación. Jesús ha llevado a plenitud el anuncio del profeta. Su pasión, muerte y resurrección es la expresión definitiva y más plena del amor misericordioso de Dios, que nos devuelve del exilio, nos conforta en las adversidades y nos concede alegría, paz y vida eterna.
Retrieved from http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2016/documents/papa-francesco_20160316_udienza-generale.html [accessed 17 Marzo, 2016].


(梵蒂岡電台訊)教宗方濟各3月16日上午在聖伯多祿廣場主持週三公開接見活動,4萬人在場參加。教宗在要理講授中以慈悲與安慰為主題,談到目前數百萬移民被拒之門外的悲慘遭遇,希望各國執政當局敞開心門,開放國門。教宗強調,天主沒有離棄我們,即使在今天的悲慘情況下,祂依然與我們同在。

教宗首先講解《耶肋米亞先知書》第31章的内容。當時,以色列子民被迫離開家園,充軍到巴比倫,在異鄉過流亡生活。天主藉著先知的口安慰祂的子民,預言他們必要返回祖國。教宗從今天流離失所者的處境回顧昔日流亡的以色列子民,指出耶肋米亞先知安慰以色列子民的一席話,也正是向今天那些從中東、非洲和亞洲來到歐洲的新流亡者說的。

教宗表示:“我們經常聽到有人這樣說:‘天主忘記了我’。這些人感到痛苦和被遺棄。可是,我們有多少兄弟姐妹此時正處在一種實際和悲慘的流亡狀況,他們遠離祖國,眼裡仍然是家園倒塌的瓦礫,心中充滿恐懼,常常因失去親人而悲傷!在這樣的情況下,我們會問:‘天主在哪裡?’”

這數千年來款待與關懷外鄉人的文明傳統在哪裡?“無辜的男人、女人和兒童為什麽會遭受這麽大的痛苦?”“當他們設法進入某些別的地方,門就向他們關閉了。他們停留在邊境上,因為許多門戶和許多心靈都關閉了。今天,這些移民飢寒交迫,被關在門外進不去,得不到接納。我很希望聽到和看到各國及執政人士敞開心靈,開放國門的消息!”

教宗指出,耶肋米亞先知激勵以色列子民的信念,今天也同樣激勵著那些嚮往一塊福地和一個新希望的人。這個信念曾支持了阿爾巴尼亞在遭受嚴厲迫害和摧毀後又重新站立起來。同一個信念也在支持著中東地區的人民。

“天主沒有離棄我們,即使在今天的悲慘情況下,祂也與我們同在。天主臨近仰賴祂的人,為他們施展救恩的偉大工程。我們不可失望,卻應繼續不斷地堅信善必定戰勝惡,上主定會擦乾每個人的眼淚,解除我們的一切恐懼。”

教宗最後表示,流亡的以色列子民返回新的耶路撒冷也是對一顆“懺悔的心”予以安慰的重大徵兆。“主耶穌已經實現了先知的這個訊息。從流亡之地真正和徹底回歸,那道在信德黑夜過後令人感到欣慰的光芒,正是藉著主基督的復活而實現的。基督的復活是體嚐天主完美及決定性的愛,那賜予喜樂、平安及永生的慈悲大愛”。